Probablemente nunca llegues a entender el por qué de mi decisión, y vayas por ahí creyendo que ya no te quiero.
Sólo espero que a lo largo de tu vida recuperes aunque sea un segundo la lucidez para entender que te quiero tanto que me haces más daño del que puedo soportar. Que te echo tanto de menos que no aguanto ver en lo que te has convertido.
Sólo espero que algún día sepas por qué sólo me queda decirte: No quiero volver a saber nada de ti.
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