Me siento un momento, sola y tiritando, en 'el banco', aquel banco en el que tantas veces me senté y tantas y tantas veces intenté colar sin éxito una colilla en el agujero de la alcantarilla.
Y recuerdo con nostalgia que hace ya dos años que dejé de fumar. Nostalgia por la nicotina, por la libertad y por la vida que se me aparece a jirones paseando por esas calles.
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