viernes, 13 de junio de 2008

Ruido

Ese ruido no me deja pensar, no me deja dormir. El martillo contra el hierro. Golpe tras golpe. Día tras día.

El trabajo ya está terminando y el Herrero da los últimos retoques a mis grilletes.

Ese ruido que no me deja olvidarme ni por un instante del futuro que me espera. Casi puedo notar el frío tacto del metal contra mis muñecas.

Y qué es la vida cuando uno está encadenado. Qué es la vida sino una condena. Qué es el hombre sino un esclavo de la humanidad.

Ese ruido, cada vez más alto, cada vez más cerca, borra todo sonido a mi alrededor, la percepción de todo lo bueno.

El día que ese ruido cese, que me acerque con los brazos extendidos para afrontar mi destino, el destino de todos los hombres, empezará por fin la vida.

1 comentario:

Estoicolgado dijo...

en la vida estarás encadenado, con o sin esposa, y aun sabiendo que algún día llegará la hora de tu ejecución, nos seguimos preocupando por hablar con nuestros compañeros de celda. Aunque sea individual la celda, no se sabe cuando llegarán más.
A veces las visitas son un poco incómodas...